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La historia del aire acondicionado es sin duda la historia de Carrier.
En 1902 Willis Carrier sentó las bases del moderno aire acondicionado
y desarrollo el concepto de climatización.
Por esa época, un impresor neoyorquino tenia serias dificultades
durante el proceso de impresión, que impedían el comportamiento
normal del papel, obteniendo una calidad muy pobre debido a las variaciones
de temperatura, calor y humedad, entonces fue cuando Willis Carrier se
puso a investigar con tenacidad para resolver el problema. Diseñó
una maquina especifica que controlaba la humedad a través de tubos
enfriados, dando lugar a la primera unidad de climatización de
la historia.
Durante aquellos años, el objetivo principal de Carrier era mejorar
el desarrollo del proceso industrial a través de continuos cambios
tecnológicos que permitieran el control de la temperatura y la
humedad.
Los primeros en usar el sistema de aire acondicionado Carrier fueron las
industrias textiles del sur de Estados Unidos. Un claro ejemplo, fue la
fábrica de algodón Chronicle en Belmont. Esta fábrica
tenía un gran problema. Debido a la ausencia de humedad, se creaba
un exceso de electricidad estática haciendo que las fibras de algodón
se convirtiesen en pelusa. Gracias a Carrier, el nivel de humedad se estabilizó
y la pelusilla quedo eliminada.
Debido a la mejora de sus productos, un gran numero de industrias, tanto
nacionales como internacionales, se decantaron por la marca Carrier.
Claros ejemplos fueron las industrias del tabaco, laboratorios farmacéuticos,
máquinas de afeitar y panadería. La lista de empresas que
mejoraron su producto gracias a Carrier fueron numerosas.
La primera venta que se realizó al extranjero fue a la industria
de la seda de Yokohama en Japón en 1907.
En 1915, empujados por el éxito, Willis Carrier y 6 amigos reunieron
32,600 $ y fundaron “La Compañía de Ingeniería Carrier”,
cuyo gran objetivo era garantizar al cliente el control de la temperatura
y humedad a través de la innovación tecnológica y
servicio al cliente.
Mas tarde, en 1922, Carrier lleva a cabo uno de los logros de mayor impacto
en la historia de la industria “La enfriadora centrífuga”.
Este nuevo sistema de aire acondicionado hizo su debut en 1924 en los
grandes almacenes J.L. Hudson de Detroit, Michigan, en los cuales se instalaron
tres enfriadoras centrifugas para enfriar el sótano y posteriormente
el resto de la tienda. Tal fue el éxito, que inmediatamente se
instalaron este tipo de maquinas en hospitales, oficinas, aeropuertos,
fábricas, hoteles y grandes almacenes.
La prueba de fuego llegó en 1925, cuando a la compañía
Carrier se le encarga la climatización del cine “RIVOLI” de Nueva
York. Se realiza una gran campaña de publicidad que llega rápidamente
a los ciudadanos formándose largas colas en la puerta del cine.
La película que se proyectó aquella noche fue rápidamente
olvidada, pero no lo fue la aparición del aire acondicionado. En
1930, alrededor de 300 cines tenían instalado ya aire acondicionado
CARRIER.
Muchos americanos experimentaron por primera vez el aire acondicionado
en los cines y los propietarios hicieron resurgir sus negocios que por
estas fechas siempre habían caído, debido a las altas temperaturas.
A finales de 1920, propietarios de pequeñas empresas quisieron
competir con las grandes distribuidoras, por lo que Carrier empezó
a desarrollar pequeñas unidades. En 1928, se fabricó un
equipo de aire acondicionado residencial que enfriaba, calentaba, limpiaba
y hacia circular el aire y cuya principal aplicación era la domestica,
pero la “GRAN DEPRESIÓN” en los Estados Unidos puso punto y final
al aire acondicionado en los hogares.
El iglú
presentado por Carrier en la Feria Mundial de 1939 pretendía ofrecer
a los visitantes una visión del futuro con aire acondicionado,
pero no fue hasta después de la II Guerra Mundial cuando las ventas
de equipos residenciales empezaron a tomar importancia en empresas y hogares.
Actualmente
en nuestra sociedad muchos productos y servicios dependen del control
del clima interno. La comida para nuestra mesa, la ropa que vestimos y
la biotecnología de donde obtenemos productos químicos,
plásticos y fertilizantes.
Sin el control
exacto de temperatura y humedad, los microprocesadores, circuitos integrados
y la electrónica de alta tecnología no podrían ser
producidos. El vuelo de aviones y naves sería solo un sueño,
los arquitectos no podrían haber diseñado los enormes edificios
que han cambiado las ciudades, etc.
El aire acondicionado
ha hecho posible el crecimiento y desarrollo de las áreas tropicales,
proporcionando los medios para más y mejores vidas productivas.
Decenas de ciudades desérticas, desde el Ecuador hasta Arabia Saudita
no existirían aún hoy, sin la capacidad del hombre para
controlar su medio ambiente.
Investigación permanente y servicio al cliente
es el binomio que convirtió a Carrier en líder mundial.

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